Tenía una caja en fibrofácil en la que guardaba llaves de cerradura desconocida en el fondo de mi armario de herramientas, y me pareció que tenía un buen aspecto como para estar confinada a una función tan aburrida...
La pinté de blanco y realicé el decoupage con un papel de hermosos colores. En realidad no es una servilleta, es un pañuelo descartable estampado que encontré en una librería artística. No lo recorté sino que lo pegué completo, previamente habiendo retitado la capa blanca de abajo. Luego salpiqué unos glitters y barnicé.
Ahora la caja tiene una función más glamourosa: guarda bijouterie!